Emocionada de sentarme a escribir a recordar… comienzo con un recuerdo, sigo con otro y otro, la sonrisa comienza a asomarse en mi rostro hasta que acaba en carcajadas.
¡Qué lindos son los recuerdos agradables! ¡Qué bonito recordar tu infancia y adolescencia con tanta alegría! Esa fue la mía, en una muy pequeña ciudad en el precioso estado de Michoacán: Zamora.
Estoy segura de que no es la ciudad más hermosa del estado, pero para mí al venir acompañada de tan bonitos recuerdos… lo es.
Recuerdo la libertad con la que jugábamos en la calle, amigos en todas las casas, la cercanía para transportarte de un lugar a otro, saludos en cada esquina, reuniones cálidas y ligeras, reír, mejores amigos desde el kinder, natación, deporte, juegos y más juegos y… la comida.
En Zamora puedes comer delicioso en cada esquina por la mañana , en la tarde o noche, puestos sin fin , churros, chinchayote, aguas frescas, nieve de garrafa, papas doradas, camote del cerro, cañas, mangos, tamales, hot-dogs, hamburguesas, tacos, enchiladas, sopes, pozole, etc…
Todos en aquel tiempo y supongo que hasta la fecha acostumbrábamos (la mayoría sin permiso de los padres, sobretodo si eran doctores, ejem) comer en la calle, salir de la escuela por una papa o en la tarde por un chinchayote y un agua era lo más normal y lo sigue siendo hasta ahorita, hay familias que acostumbran salir cada tarde a la misma hora a comprar su papa, ¡Ah, qué cosa tan rica!
Zamora es una ciudad agrícola, asentada en un valle muy fértil por lo que se puede encontrar muy buena papa, aunque en la actualidad su producción ha disminuido, también y mayormente se encuentran muchos más productos agrícolas de gran calidad como fresa, frambuesa, zarzamora etc… pero en esta ocasión quiero hablar de la papa.
Es normal y común encontrar puestos callejeros con diversidad de frutas como: mangos, papaya, sandía, piña etc.. también se ven chayotes cocidos, pepinos, jícamas y ¡Claro! Papas cocidas… sí, papas cocidas, tal cual, bueno, ni tal cual.
Los primeros puestos o más bien los más populares, cuentan los mas maduros :), que se encontraban uno fuera del Colegio Juana de Abaje con Don Polo , también afuera de Correos con Don Juan (el de la uña larga y overol de mezclilla), yo realmente de ellos no me acuerdo mucho, sólo muy poquito.
Yo recuerdo el que estaba afuera de mi Colegio,tuvieron que ayudarme a recordar su nombre: Mateo. ¡Claro! ¿Cómo olvidar a Mateo? Señor desaliñado, sombrero de paja, mal cortado el cabello, pantalón a la cadera, cinto a medio cerrar, camisa beige o “blanca” sucia y medio desfajada, bigote, lo más importante ¡Hojas de pirul en los oídos! Siempre, siempre traía sus hojas de pirul, ¿Por qué? No me lo explico, sería que le iba a dar un “aire” no sé.
Claro que me acuerdo también del Frijol y su super peinado en la esquina de Canadá, del Güero y su hijo en el Teco, etc…
Me llama la atención que al escuchar las anécdotas de aquella época de cada persona en estos puestos el común denominador es: uña larga, uña sucia, no se lavaban las manos, agua en una cubeta, sal de grano sucia…
Un muy querido amigo dice que él recuerda que Mateo recogía los papelitos de estraza del suelo, ¡Ah! porque han de saber las nuevas generaciones que en nuestros tiempos (sueno a que estoy anciana y no) nos daban las papas, pepinos, jícamas, chinchayote y camote del cerro en cuadritos de papel estraza, chupábamos el papel jajaja, ¡Sí, leíste bien! chupábamos el papel para poder tomarnos el “juguito”, algunos se lo metían todo a la boca para poder sacar hasta el último sorbo del limón, sal y chile, algunas otras hasta se lo comían, jajaja, en fín… prosigo con la anécdota de mi amigo; se dice que Don Mateo recogía los papeles de estraza del suelo y tienen la leve sospecha de que… los reciclaba… :/ ¡jajajajajaja!! No lo dudo ni poquito.
Recuerdo también que a manera de brocha usaban unas hojas de maíz viejo, las metían al chile y con eso “embarraban” la jícama, ¡Claro que se usaba y usaba y usaba la misma brocha hasta que se caían de viejas! También usaban el cuchillo para embarrar la jícama de chile, su sal y limón escurriendo y ¡Claro la mugrita! como dicen algunos: “mugroso pero sabroso”
¡Claro! Junto a estas delicias estaban también los elotes asados, que la misma brocha servía para untarles chile, y con la mitad de un limón le ponían la sal de grano, lo máximo era chupar el olote, ¡Wow! sabía exquisito 🙂 (Si me oyera mi amado padre)
Pues podemos decir nuestra generación y las anteriores que si sobrevivimos a esas sucias manos, agua y etc… ¿Qué nos hace lo de ahora? ¡Increíble! ¡No nos fíjabamos en eso, y si lo notábamos no nos importaba con tal de comer esas delicias!
Zamorano que no es “changarrero” o “callejero” no es Zamorano.
Me emocioné escribiendo anécdotas y no he explicado cómo son las papas.
Esta papa, que es buenísima, se cuece con sal a fuego medio y aún tibias se llevan al puesto y tú escoges tu papa, hay de todos los precios, te la pelan, a manita por supuesto, la meten (ahora) a tu bolsa de plástico y te dan a escoger entre varios chiles, los más famosos son: chile negro en polvo, chile de aceite y chile verde, cada uno es riquísimo, pero la combinación de los tres es ¡Deliciosa! , en seguida le ponen muuucho limón y sal, pero de grano, entregan no sin antes darle su “movida” a la bolsa para que se incorporen los sabores, ¡Qué cosa tan más buena!
Bueno pues ¡Qué bonitos recuerdos! pero vamos a las recetas de los chiles que me las han pedido mucho.
Aclaro de nuevo, quizás hay mejores y diferentes recetas de éstas salsas, éstas me las compartió una amiga que cocina delicioso, las hice y son iguales a las de los puestos, también cabe aclarar que cada puesto tiene su sazón y variantes, tú puedes adaptar cada salsa a tu puesto favorito 🙂
Vamos a las sencillas recetas:
Chile Negro en polvo:
Ingredientes:
20 chiles de árbol asados,asa las semillas y los chiles a parte en el comal y pon la cantidad de semillas que gustes, entre más semillas pica más
1/4 de cucharadita de sal fina
Procedimiento:
1 Muele en la licuadora perfectamente todos los ingredientes hasta obtener un polvo del grosor a tu gusto.
* Algunas personas muelen una tortilla tatemada también
Salsa Verde de Chile Jalapeño:
Ingredientes:
4 chiles jalapeños
1/2 pepino chico pelado
Sal de grano al gusto
2 cucharadas de agua
Procedimiento:
1 Mete a la licuadora todos los ingredientes y muele a tu gusto
2 Prueba de sal
* Ten cuidado de no poner mucho pepino ni mucha agua porque no sabe rico
Chile de Aceite:
Ingredientes:
2 puños de chile de árbol (así me la dieron)
1 puño de cacahuate
1 1/2 taza de aceite vegetal (por supuesto no de oliva por favor)
1 diente de ajo pequeño
1 En un sartén pon a calentar media taza de aceite a fuego medio.
2 vierte los chiles y deja que se doren, ten mucho cuidado de que no se pasen porque amargan.
3 Saca los chiles y ponlos en la licuadora
4 Ahora pon los cacahuates y el ajo en el aceite e igualmente que no se pasen de dorados.
5 Pon los cacahuates y ajo en el vaso de la licuadora y deja enfriar el aceite.
6 Una vez frío el aceite (muy importante que esté frío para evitar accidentes) licua muy bien todo y agrega el aceite restante, puedes aumentar la cantidad de aceite o disminuirla según tu gusto.
*Si este chile lo quieres para la comida, ponle ajonjolí en lugar de cacahuate
*También a esta salsa suelen molerle una tortilla tatemada
Manera de servir:
1 Cuece buenas papas, grandes en abundante agua con sal, que no se revienten.
2 Una vez tibias, pela y parte en rebanadas.
3 Agrega de un chile o de los tres a tu gusto, sal de grano y mucho limón.
4 ¡Disfruta esta delicia!